Tiempo de lectura: 4 minutos

¿Te has detenido alguna vez a pensar cuántas veces al día te criticas, te juzgas o te exiges más de lo que puedes dar? Vivimos en una lucha constante con nosotros/as mismos/as, intentando encajar en un molde de perfección inalcanzable. Este conflicto interno nos roba la paz, nos agota y nos aleja de una vida auténtica.

¡Hola muy buenas! ¿Cómo te va? Espero que muy bien. En la entrada de hoy, te invito a un viaje para soltar las riendas de la autoexigencia y abrazar a la persona que realmente eres, con todas tus luces y sombras. Ponte cómodo/a, y comencemos. 

La Gran Confusión: ¿Por qué nos cuesta tanto aceptarnos?

A menudo, confundimos la autoaceptación con la resignación o la mediocridad. Pensamos que si nos aceptamos tal como somos, dejaremos de crecer o de esforzarnos por ser mejores. Nada más lejos de la realidad. La autoaceptación es la base para el crecimiento genuino. Sin ella, nuestras mejoras se basan en el miedo y la autocrítica, no en el amor y el deseo de florecer.

Las Raíces de la Lucha Interna: ¿De dónde viene el rechazo a uno/a mismo/a?

La falta de autoaceptación no es un defecto personal, sino el resultado de patrones y experiencias que se arraigan con el tiempo. Algunas de las causas más comunes son:

  • Críticas en la infancia: Crecer con padres o figuras de autoridad que critican constantemente o que tienen expectativas muy altas puede sembrar la semilla de la duda y el rechazo hacia uno/a mismo/a.
  • Perfeccionismo: La creencia de que uno/a debe ser perfecto/a para ser digno/a de amor y respeto nos lleva a una constante autocrítica y a una incapacidad para aceptar los errores.
  • Comparación social: En la era de las redes sociales, es fácil compararnos constantemente con la vida «perfecta» de los demás, lo que genera un sentimiento de no ser lo suficientemente bueno/a.

El Caso de Ana: Un Ejemplo de Transformación

Ana, de 35 años, era una perfeccionista empedernida. Siempre se sentía ansiosa y nunca estaba satisfecha con sus logros. En terapia, se dio cuenta de que su autoexigencia venía de una creencia profunda de que su valía dependía de lo que hacía. Había crecido con la idea de que “tenía que ser la mejor” para ser amada y valorada.

El proceso fue desafiante. Ana se dio cuenta de que, aunque no podía controlar las expectativas de los demás, sí tenía el poder de cambiar su propia percepción de sí misma. Empezó a escribir en un diario los pensamientos negativos sobre sí misma y a responderles con amabilidad, como si estuviera hablando con un/a amigo/a. Cuando cometía un error, en lugar de criticarse, se recordaba a sí misma que era humana y que estaba haciendo lo mejor que podía.

No fue un cambio de la noche a la mañana, pero con el tiempo, su relación consigo misma se transformó en un amor sano, basado en la aceptación, el respeto y la libertad. La felicidad no era forzada, sino el resultado de un crecimiento auténtico.

Cómo Recuperarse y Reconstruir la Autoaceptación

La recuperación de la autoaceptación es un proceso gradual, como recuperarse de una lesión. Requiere paciencia, amabilidad contigo mismo/a y un enfoque en pasos pequeños y constantes. Si has pasado por un fracaso o una situación que te hizo perder la fe en ti, aquí te explico cómo recuperarte:

  • Reconoce tus sentimientos: Permítete sentir la tristeza o el enojo. Ignorar esas emociones no las hará desaparecer, antes al contrario, se hace un batidillo de emociones. 
  • Sé tu mejor amigo/a: En lugar de criticarte, pregúntate: «¿Qué le diría a un/a amigo/a que estuviera pasando por esto?». Usa ese mismo lenguaje de apoyo contigo mismo/a. Al principio costará trabajo, lo sé, pero esto es cuestión de práctica. Es importante que te hables con amor, con respeto y empatía. 
  • Vuelve a empezar con algo pequeño: Si sientes que no puedes con un gran proyecto, empieza con una tarea que te dé una sensación de logro. Un pequeño paso es mejor que ninguno. Poc a poc como dicen por aquí en Mallorca, o sea sin pausas pero sin prisas. 
  • Busca apoyo: Habla con un/a amigo/a de confianza o considera buscar ayuda profesional. No tienes que pasar por esto solo/a. Si sientes que no puedes cambiar tu discursos interior o si tus pensamientos o emociones te sobrepasan es mejor buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. 

Preguntas Frecuentes

¿Es lo mismo autoaceptación que ser conformista?

No, la autoaceptación no significa que dejes de crecer. Significa que aceptas tus imperfecciones, pero sigues buscando ser una mejor persona desde un lugar de amor, no de castigo.

¿Qué pasa si mi autoaceptación es baja por culpa de otros/as?

Aunque la causa de tu falta de aceptación pueda ser externa, tu bienestar es tu responsabilidad. No puedes controlar las acciones de los demás, pero sí tu respuesta a ellas. El poder reside en ti. You got the power! 

¿Cuánto tiempo se tarda en cultivar la autoaceptación?

No hay un tiempo definido. La autoaceptación es un viaje, no un destino. Se construye con cada pequeño logro, cada vez que te atreves a enfrentar un miedo, y cada vez que te tratas con respeto. Es un proceso que dura toda la vida.


¿Tu vida es un reflejo de tu valor o de tus miedos? ¿Qué pequeña acción puedes tomar hoy para recuperar tu poder? Reflexiona sobre estas preguntas y recuerda que tu bienestar emocional es el pilar de una vida plena.

Cuídate mucho y recuerda que estoy para ayudarte. ¡Hasta pronto!


Julio Bazán

El contenido ha sido redactado con fines divulgativos, en ningún caso puede sustituir la valoración de un profesional. Ponte en contacto conmigo si requieres apoyo psicoterapéutico.

Comenta, comparte y hagamos que este viaje de autoaceptación llegue a más personas que lo necesiten.